Lovers

martes, 3 de mayo de 2011

La mierda, la felicidad


Te vas a hartar, y ese día te vas a dar cuenta de que nunca me amaste lo suficiente.”


Y esta noche tan solo quiero recordar lo que fui antes, lo que fuimos antes. Añorar a la aventura en un pasado que nunca prospero, y así tuve que crear mi presente. Estoy a un paso abstracto, entre la felicidad y mi olvido.

Siendo sincera, tengo tantas cosas que rondan por mi cabeza que ya ni entiendo lo que digo, o puedo decir. Porque el ochenta por ciento de lo que digo son mentiras, y casi todas, para mi misma. Yo me miento, me engaño, traiciono a mis sentimientos con pensamientos viajeros, esos que pasan y solamente dejan sus mierdas de recuerdo. Así son las personas que me tocaron conocer, viajeras, porque nadie quiso permanecer a mi lado, porque nadie tuvo las agallas de continuar conmigo en la senda de esta vida, que me pertenece.

¿Cuales son las oportunidades que puedo elegir cuando no hay opciones? Solo me queda vivir, pero todo se va a la mierda cuando mi felicidad es mi depresión. Y, solo tengo que continuar respirando, caminar por esa cuerda tremendamente floja y callar todas mis penas. Si, callando en la lucha de palabras por no tener mas armas y porque mis enemigos son mis soldados. Mi felicidad es mi depresión: este amor que retumba en mi alma y en mi corazón, no me deja dormir, porque es tan fuerte, que mi mente solitaria aun no se acostumbra a su presencia, entonces quiere echarlo.

Si continuo con la sinceridad, creo también debería hablar de mi triste felicidad, esa que creo tener y que ojala no sea otro producto de mi mente; de mis fantasías.

Y entonces… ¿que es la felicidad? Quizás sea amar y ser amado, quizás sea un abrazo…

Podría ser un conjunto de sensaciones satisfactorias que se presentan en momentos inesperados, o encontrar el suelo al haber tropezado. Puede ser el movimiento continuo de nuestros corazones siendo correspondidos, o encontrar dinero, luego de haberlo perdido.

La felicidad, es sumamente relativa, es fastidiosa, en los últimos días he odiado esa palabra, odio su significado y la falta que me hace, odio que no se pueda acercar tanto, porque me hace daño.

La felicidad me daña, casi siempre muero en una sobre dosis de felicidad provocada por el choque que hay entre mi cuerpo y mi alma.

Tengo demasiados secretos, secretos que recorren todo el tiempo en mis pensamientos, pero no se forman en palabras. Yo busco la forma de escupirlo, pero ellos se escapan por mis lágrimas. Esta felicidad es aturdente, y tan necesaria para mi corazón, el único problema, es que viene acompañada por la depresión.

Y lo único que pude aprender fue a no engañar más a mis sentimientos, ni menos a mi corazón. Porque duele, siempre duele, estar vacío. En los últimos días, aprendí que mentir no es lo mismo que engañar, y que amando no se puede olvidar. La ficción, no se aleja mucho de la realidad.

2 comentarios: